La inocuidad microbiológica del pienso es una obligación del Reglamento de Higiene y un parámetro de calidad organoléptica, preservación de la salud de los animales y prevención de micotoxinas. Por otro lado toda la cadena alimentaria debe vigilar las zoonosis transmitidas por los alimentos, para ello el control microbiológico de las materias primas y piensos es de suma importancia.
La aplicación de mezclas de ácidos orgánicos constituye cada vez más una práctica común para la fabricación de piensos seguros y de calidad. La utilización de conservantes líquidos, aunque requiere una instalación apropiada, ha ido aumentando por la mayor eficacia con respecto a los sólidos y por el ahorro económico que supone.